Bienvenido/da al entrenamiento de Yoga Facial

Disfruta de los ejercicios que permiten reducir la tensión, mejorar la gestión de tus emociones, aportan relajación y fomentan gestos asociados a emociones positivas.

Relájate...

Para gozar de un buen estado de piel y realzar nuestra belleza, debemos encontrar el equilibrio entre la salud exterior e interior: mens sana in corpore sano, como decían nuestros antepasados romanos.

El yoga facial permite crear una conexión directa con este estado de relajación y paz interior, un camino de conexión, un método de cultivo y cuidado personal.

En el rostro, cabeza y cuello, tenemos más de 50 músculos que intervienen en las expresiones faciales, de los que apenas se tiene consciencia corporal. Con el paso del tiempo, el organismo va perdiendo la capacidad de sostén, de regeneración… provocando una degradación de los tejidos.

El entrenamiento facial actúa sobre la pérdida de densidad de los tejidos, contrarresta la acción de la gravedad y descontractura y compensa los músculos miméticos.

El objetivo de estos ejercicios es ayudarte a conseguir todos los beneficios del yoga facial. Te guiaremos con todos los pasos, para que consigas una musculatura sana, fuerte y en pleno desarrollo funcional.

Lifting del párpado inferior

  1. Coloca los dedos índice en la parte inferior y exterior de los ojos, fijando el músculo orbital en la cuenca respectiva de cada ojo. Abre suavemente los dedos para ampliar el espacio.

  2. Abre los ojos todo lo que puedas sin tensionar la mirada y mantén esta posición 5 segundos. Al abrir los ojos, respira profundamente y relaja la mirada, como si tus ojos respirasen.

  3. A continuación, inicia el movimiento de cerrar los ojos de forma que el párpado inferior busque el párpado superior, y cierra los ojos concentrando la activación muscular en la zona inferior. Tus dedos ofrecen resistencia.

  4. Mantén la tensión 5 segundos y relaja 2 segundos. Repite el ejercicio 5 veces desde el segundo paso.

  5. Finaliza el ejercicio desde el tercer paso manteniendo la tensión durante 10 segundos, y podrás ir aumentando paulatinamente hasta llegar a 20 y 30 segundos.

Automasaje

Recorre el párpado inferior, en la zona del hueso, con las yemas de los dedos y con suaves golpes de tecleo.

Advertencia

Los dedos deben fijar el músculo orbital con firmeza, pero sin excesiva fuerza, evitando el desplazamiento de la piel en esta zona delicada.

Concéntrate

Visualiza cómo tus párpados inferiores se hacen fuertes y se estiran, alisando las bolsas y las arrugas.

Lifting de cejas

  1. Coloca los dedos índices encima de los ojos y tira suavemente hacia afuera. Mantén esta posición durante toda la ejecución del ejercicio.

  2. Eleva las cejas todo lo que puedas, pero ofrece una suave resistencia con las manos, evitando que las cejas se desplacen. Concéntrate en elevar el arco exterior de la ceja, como si quisieras separar las dos cejas.

  3. Mantén la tensión 5 segundos, relaja 2 segundos y repite el ejercicio tres veces.

  4. Para finalizar, mantén la tensión durante diez segundos, y puedes ir aumentando paulatinamente hasta 20 o 30 segundos a medida que vayas adquiriendo práctica.

Automasaje

Recorre ambas cejas con los dedos índice y pulgar, pellizcando todo el arco ciliar. Pellizca el músculo y evita cualquier desplazamiento de piel.

Advertencia

Evita elevar las manos por encima de los hombros, ya que carga mucho las cervicales. Es mejor realizar el ejercicio, tumbados o con la cabeza apoyada en el respaldo de un asiento, la pared, etc.

Durante la ejecución, debemos evitar que se produzcan arrugas horizontales.

Concéntrate

Mientras realizas el ejercicio, visualiza cómo los extremos exteriores de la ceja se elevan y cómo las cejas se arquean, separan y expanden.

Lifting de pómulos

  1. Entreabre la boca de forma relajada y dibuja con la boca una “O” ovalada.

  2. Coloca los puños sobre los pómulos sin hacer excesiva fuerza, apoyándolos bajo los huesos de los pómulos y sujetando los tejidos para evitar desplazamiento. Mantendrás esta postura durante todo el ejercicio.

  3. En esta posición, activa los músculos cigomáticos, utilizando los puños para sentir el movimiento de estos músculos. Simultáneamente, tira de las comisuras de los labios hacia dentro como si fueran a encontrarse.

  4. Mantén la tensión 5 segundos y relaja 2 segundos. Repite el ejercicio cinco veces desde el paso 3.

  5. Finaliza el ejercicio desde el paso 3 manteniendo la tensión durante 10 segundos. Puedes ir aumentando hasta 20 y 30 segundos a medida que vayas adquiriendo práctica.

Automasaje

Masajea la zona recorriendo los pómulos con la segunda falange de los dedos índice con presiones alternas.

Advertencia

No abras en exceso la boca para no forzar la articulación de la mandíbula. Si notas molestias en esta zona, abandona el ejercicio completo y entrena previamente esta zona.

Consejo

Evita activar el músculo orbicular de los ojos. Si este fuera el caso, se observará movimiento en el extremo exterior inferior de los ojos. Debes concentrar la actividad muscular en los pómulos y aydarte de las manos para sentir la activación de la musculatura.

Concéntrate

Durante la ejecución del ejercicio visualiza cómo la cara se tensa y endurece, fortaleciendo la zona de alrededor de la boca, y cómo tus pómulos de elevan.

Lifting de mejillas

  1. Entreabre la boca y cubre los dientes superiores e inferiores con el labio superior e inferior respectivamente.

  2. Coloca los pulgares a lo largo de la línea mandibular. El resto de los dedos reposan sobre las mejillas.

  3. Dirige la comisura de los labios hacia atrás, hacia los molares y, con el labio superior, presiona los dientes superiores.

  4. Baja y sube la mandíbula 10 veces sin dejar de traccionar la comisura del labio inferior hacia los molares y de presionar el labio superior. El resto de la cara permanece relajada.

  5. Finaliza el ejercicio desde el paso 3, manteniendo la tensión 10 segundo, y que puedes ir aumentando paulatinamente.

Automasaje

Finaliza el ejercicio, masajea en círculos la zona de los carrillos, con los dedos de las manos bien extendidos para que la presión sobre el rostro sea homogénea.

Advertencia

Las manos debajo de la mandíbula ayudan a evitar que por la acción del platisma se produzcan arrugas en el cuello.

La barbilla se mantiene en su sitio y evita activar los músculos alrededor del mentón. Esta zona tiene que estar bien relajada.

No debes sentir tensión en la articulación de la mandíbula durante el ejercicio. Debes sentirla bajo la mandíbula para abrir la boca, pero, al cerrar, lo haces suavemente, como si la mandíbula recuperase por sí sola su posición.

Concéntrate

Visualiza cómo la cara se estira a ambos lados como si la forma de tu boca fuese la de un gran pelícano, hueca, sin tensión muscular en la zona de debajo de la barbilla. Visualiza cómo tus mejillas se endurecen y cómo la tensión del tercio inferior del rostro se expande hacia tu coronilla, elevando tus rasgos faciales.

Lifting de labios

  1. Coloca las manos a ambos lados de la boca.

  2. Inicia el movimiento de soplar una vela, proyectando bien los labios superior e inferior hacia afuera.

  3. Mantén la tensión 5 segundos y relaja 2 segundos, repítelo cinco veces.

  4. Finaliza el ejercicio manteniendo la tensión durante diez segundos. Irás aumentando hasta 20 y 30 segundos a medida que vayas adquiriendo práctica.

Automasaje

Cúbrete la boca con los dedos, aprieta fuerte los labios evitando crear arrugas alrededor de la boca y suelta bruscamente como si lanzaras un gran beso a un público imaginario. Repítelo varias veces.

Advertencia

Si te resulta complicado o haces gestos extraños con la boca, prueba con “tirar un beso” en vez de “soplar una vela”, proyectando bien los labios hacia fuera.

Concéntrate

Durante la ejecución del ejercicio, visualiza cómo el borde de los labios se curva en el momento que estos se engordan y se agrandan.

Estiramientos laterales de cuello

  1. Sentada o de pie, coloca correctamente la cintura escapular, haciendo descender los omoplatos y ganando la máxima distancia entre los hombros y las orejas.

  2. Inclina la cabeza lateralmente hacia el lado derecho. La mano derecha debe sujetar suevamente el lado izquierdo de la cabeza para potenciar el estiramiento, mientras el hombro izquierdo tira hacia abajo.

  3. Aguanta la tensión diez segundos, una tensión que irás aumentando a medida que vayas avanzando en el entrenamiento.

  4. Repite el ejercicio hacia el lado izquierdo.

Advertencia

El propio peso de la cabeza es el que hace el estiramiento, mientras cae suavemente hacia los lados. Utiliza las manos para dirigir el movimiento, pero no para forzar la musculatura.

Concéntrate

Durante la ejecución de estos ejercicios, visualiza cómo los músculos liberan la tensión, tus hombros descienden y el cuello crece y se tonifica, mientras sientes tu cabeza erguida y estabilizada.

La alimentación, hábitos como el tabaco, el consumo de alcohol, la falta de movimiento y de actividad física, el estrés… son factores claves a lo hora de determinar el ritmo de envejecimiento celular, además de marcar ciertas expresiones faciales que condicionan nuestro aspecto físico.

El estrés, el gran mal de los tiempos actuales, aumenta el debilitamiento de nuestros tejidos. Por este motivo el yoga facial es tan interesante, ya que permite reducir la tensión, mejorar la gestión de nuestras emociones, aporta relajación y fomenta gestos asociados a emociones positivas.

La cara es el espejo del cuerpo, y el acúmulo de toxinas emocionales desgasta y debilita a nuestro organismo. Si nos paramos a observar que nos dice la reflexología facial basada en la medicina oriental tradicional, nos enseña las zonas reflejas de nuestros órganos vitales en el todo el cuerpo, y en este caso, en el rostro.

Existen terminaciones nerviosas del rostro que se conectan con órganos internos y glándulas, así como con el sistema circulatorio y el sistema linfático, conectando los canales energéticos que recorren todo nuestro cuerpo.


No solo vas a conseguir estirar y fortalecer los músculos de la cara, sino que además vas a activar el buen funcionamiento de tus órganos internos, el sistema sanguíneo y el linfático, contribuyendo a equilibrar la energía corporal a través de los distintos puntos de reflexología facial.  

Te animamos a observarte y revisar si hay alguna zona que marque, con mayor incidencia, la afectación de alguna zona refleja, profundizando de esta forma con tu estado de salud interior.

  1. Intestino Dlgado

  2. Vejiga

  3. Hígado

  4. Corazón

  5. Riñón

  6. Vesícula

  7. Estómago

  8. Pulmón

  9. Intestino Grueso

  10. Genitales

  11. Páncreas

Des de Algēmica te recomendamos que revises tus hábitos diarios y que te dejes asesorar por un profesional de la salud de nuestras farmacias, para que te ayude a conseguir ese estado de piel integral que deseas.