SISTEMA INMUNITARIO EN FORMA
Sin entrar en profundidad en el sistema inmunitario, en este artículo os explicaremos su entorno y la importancia de tenerlo en buen estado para garantizar una respuesta correcta en presencia de posibles patógenos.
El sistema inmunitario está compuesto por diferentes estructuras con funciones muy distintas, como la médula ósea, el timo, el bazo, los ganglios linfáticos, el tejido linfoide y hasta las células inmunitarias.
De todas ellas, el más abundante es el tejido linfoide, que está repartido por todo el organismo asociado a las mucosas.Esta coordinación permite identificar tanto nutrientes como patógenos o alérgenos en la mucosa y dar la señal de alarma y reacción al sistema inmunitario. De manera que, la salud de nuestras mucosas influirá en la tolerancia o reactividad de nuestra inmunidad.
Mucosa intestinal
De todas las mucosas citadas, por superficie, la más abundante es la intestinal. De hecho, supone el 80% de todo el sistema inmunitario asociado a mucosas.
Podemos imaginar, pues, que el equilibrio intestinal será crucial para mantener el sistema inmunitario en forma.
En este equilibrio, están implicados diferentes actores:
Microbiota: 100 veces más abundante que nuestras células humanas. Conviven y se relacionan de forma simbiótica tanto bacterias (90%) como hongos, parásitos o virus.
Realizan funciones tan vitales para nosotros como la protección frente a patógenos, nutrición y metabolismo (energía y síntesis de vitaminas) o estructural.Moco: imprescindible para la adherencia tanto de la microbiota como de las inmunoglobulinas A (neutralización de toxinas).
Células de la barrera intestinal: Enterocitos. Células M, de Globet, de Paneth, enteroendocrinas..
Sistema común de mucosas
De este modo, la activación localizada del sistema inmunitario en una mucosa influirá en la respuesta en otras zonas distales..
La alteración de la microbiota está relacionada con procesos atópicos en la piel, reacciones alérgicas en las vías respiratorias o en cistitis de repetición.
De la misma forma, se verá afectado el sistema neuroemocional, pudiendo aparecer depresión, ansiedad, insomnio, problemas de memoria u otras patologías neuronales.
Esto es debido a:
Defectos en la síntesis de neurotransmisores a nivel intestinal, por parte de la microbiota.
Activación del sistema nervioso entérico. Los cambios en la microbiota serán percibidos a nivel neuronal, como una señal de estrés y peligro.
Abordaje integrativo
ALIMENTACIÓN
Basada en alimentos de temporada, frescos y de calidad: fruta, verdura, legumbres, carne ecológica, pescado salvaje, marisco, huevos ecológicos, cereales integrales enteros (arroz, mijo, quinoa,..).
Hidratación abundante (agua e infusiones), evitando bebidas industriales y alcohol.
Evitar alimentos potencialmente inflamatorios o alérgicos: lácteos de vaca, gluten, azúcar, cacahuetes, pistachos, tomate, fresas.
Incluir alimentos con efecto prebiótico: manzana, kiwi, uva, frutos rojos. Semillas de lino y chia. Tubérculos, ajo, cebolla, alcachofa, espárragos, setas, germinados. Té verde, especias, cacao puro.
IIncluir alimentos con efecto probiótico: yogurt, kéfir, chucrut, encurtidos, kombucha, umeboshi.
SUPLEMENTACIÓN
Glutamina: aminoácido más abundante del cuerpo implicado en la salud intestinal, inmunitaria, hepática, muscular, renal y de las mucosas.
Zinc: cuando hay manchas blancas en la uñas, problemas de olfato o dificultad en la reparación de heridas.
Vitamina A: mantiene la integridad de piel, mucosas y visión. Regula la actividad fagocítica de los macrófagos y controla la producción de citoquinas del sistema inmunitario. Mantiene la producción de lisozima (enzima presente en lágrimas y saliva), que actúa como protección frente a infecciones.
Vitamina E: es un potente antioxidante que contribuye al mantenimiento de la integridad de la membrana celular.
ESTILO DE VIDA
Actividad física diaria.
Descanso adecuado.
Gestión del estrés.
Regularidad intestinal.
Referencias Bibliográficas
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