CORONAVIRUS Y VITAMINA D
Este artículo está basado en un estudio reciente de la Universidad de Turín, que habla de la suplementación con vitamina D como método para disminuir las posibilidades de contagio del Coronavirus COVID-19.
Según los últimos datos provenientes de la población italiana, se ha podido ver estos días que los pacientes hospitalizados tienen una prevalencia muy alta de hipovitaminosis D, es decir, que la mayoría de ellos están por debajo de los valores normales de esta vitamina en sangre.
Por ello, los científicos de la Universidad de Turín (como el Dr. Giancarlo Isaiani Enzo Medico), investigaron sobre este hecho, y a raíz de estos estudios, han comenzado a recomendar la ingesta de vitamina D para hacer frente, de una forma inicial, el contagio del Coronavirus.
Evidentemente, todavía no hay datos concluyentes, pero se está hablando de una dosificación de 2.000 UI diarias para adultos.
En el siguiente documento, en parte extraído del diario Italiano La Republica, se analiza como la vitamina D podría ayudar a frenar la propagación de la pandemia del COVID-19.
¿Cómo adquirimos las personas las dosis adecuadas de vitamina D?
La vitamina D
Junto con el calcio, también ayuda a:
Reducir la pérdida mineral ósea en mujeres menopáusicas, factor de riesgo de fracturas relacionadas con la osteoporosis.
Reducir el riesgo de caídas asociadas a la inestabilidad postural y la debilidad muscular, factor de riesgo en personas mayores de 60 años.
Mantener una función muscular normal y una buena salud dental.
La vitamina D también contribuye al funcionamiento normal del sistema inmunitario, ya que está implicada en el proceso de división celular (Comisión Europea, 2016 *).
*Resultados de las evaluaciones científicas realizadas por las alegaciones de salud por la Autoridad Europea para la Seguridad de los Alimentos (Comisión Europea, 2016). Alegación de salud: toda alegación que afirme, sugiera o implique la existencia de una relación entre, por una parte, una categoría de productos alimenticios, un producto alimenticio o uno de sus componentes y, por otra parte, la salud.
La vitamina D puede llegar al interior de nuestro organismo por dos vías diferentes:
La mayoritaria es la producción endógena por efecto de la exposición solar, tomar el sol.
Cuando tomamos el sol (rayos UVA de máxima verticalidad, es decir, horas cercanas al mediodía), un componente presente en nuestra piel y derivado del colesterol, el 7-dehidrocolesterol, se convierte en colecalciferol, que es la vitamina D.
Para poder absorber bien la vitamina D, debe haber una exposición de la piel al sol sin protección solar (aspecto controvertido en una época de gran proliferación de cánceres de piel), por eso, es necesario que durante el confinamiento las personas salgamos al balcón, a la terraza o bien abramos bien las ventanas para que entre la luz solar, y así evitar el riesgo de que la vitamina D quede aún más mermada.
Si queremos asegurarnos una síntesis suficiente de vitamina D, basta con exponer los antebrazos al sol durante breves periodos de tiempo cada día, por ejemplo, arremangándonos entre quince y veinte minutos, podremos recargarnos de esta vitamina.
En Europa, la prevalencia de concentración baja de vitamina D es del 80%. Esto podría atribuirse a una síntesis insuficiente por parte del cuerpo, ya sea por la edad o una baja exposición al sol durante el invierno, o bien, a que la necesidad es más elevada en niños, adolescentes y mujeres embarazadas, por ejemplo.
Un dato curioso es que en España, como gran parte del sur de Europa, la población (sobre todo la de edad más elevada) tiene carencia de esta vitamina, a pesar de ser países que gozan de muchas horas de exposición solar y que consumen elevadas cantidades de alimentos ricos en vitamina D. Aun no se ha podido aclarar el porqué de este hecho.
La otra forma de adquirir la vitamina D es a través de la alimentación, a través de alimentos ricos en esta vitamina, y por tanto, estos días sería interesante aumentar su consumo: pescado asul, lácteos, huevos, germen de trigo y champiñones, entre muchos otros.
Por eso se recomienda en la mayoría de los casos hacer una SUPLEMENTACIÓN de vitamina D, controlada por el médico o farmacéutico, para poder tener unos niveles suficientes y adecuados en sangre.
La alimentación nos proporciona una pequeña parte de la vitamina D que el organismo necesita, sobre todo mediante el pescado graso (pescado azul y blanco). El resto, la sintetiza el propio organismo bajo la acción de los rayos ultravioleta del sol.
Ingesta de vitamina D
La vitamina D incluye principalmente colecalciferol (vitamina D3) y ergocalciferol (vitamina D2). La vitamina D3 es sintetizada por las células de la piel a partir de un derivado del colesterol, bajo la acción de los rayos ultravioleta (UV) B o se adquiere con los alimentos de origen animal, mientras que la vitamina D2 es de origen vegetal. La vitamina D se transporta hacia el hígado, donde sufre una transformación química (hidroxilación) para ser almacenada en el organismo. Una segunda transformación (también por hidroxilación) se efectúa en el riñón para producir la forma activa de la vitamina D (HAS 2013).
La ingesta de vitamina D de referencia para la población es la siguiente (ANSES 2016):
La ingesta adecuada estima en 10 mg / d en los niños de 7 a 11 meses y en 15 mg / d en los niños de 1 a 17 años (EFSA 2016). Las mujeres embarazadas o lactantes no se considera que tengan mayores necesidades de vitamina D.
La ingesta de referència per a la població és l'aportació que cobreix les necessitats de gairebé tota la població considerada, estimada a partir de les dades experimentals. Correspon a l'antiga IDR (Ingesta Diària Recomanada).
La ingesta adecuada es la aportación media de una población o de un subgrupo, la situación nutricional de la que se considera satisfactoria. La ingesta adecuada es la ingesta de referencia considerada cuando la IRP no puede estimarse por falta de datos suficientes.
¿Quién es candidato prioritario tomar suplementación de vitamina D?
Personas mayores (la mayoría con déficit de esta vitamina).
Personas de las residencias de ancianos y sus cuidadores.
Todas aquellas personas en confinamiento o clausura (conventos).
Personas en déficit crónico.
Personal de gran exposición: sanitarios, comerciantes, etc.
Hay diferentes formas de tomar la vitamina D y varios preparados en el mercado, desde formas más puras hasta formas combinadas.
A pesar de todo, hay que tener cuidado, con las personas con hipercalcemia o piedras de riñón, de composición cálcica, ya que en estos casos no sería recomendable tomar en exceso.
En los hospitales italianos están valorando la administración de su forma activa - calcitriol- por vía intravenosa en personas positivas de COVID-19 y con fibrosis pulmonar activa.
< Figura 1. Diagrama esquemático de las fuentes, metabolismo y funciones de la vitamina D (véase MIGUEL PERPIÑÁ TORDERA: Artículo “Vit Dy Asma.: que nunca se ponga el sol”. Servicio de Neumología Hospital La Fe. Valencia)).
¿Y por qué la Vitamina D tendría acción sobre un virus?
La vitamina D se une a un receptor específico (VDR), que tiene diferentes células provenientes de diversos tejidos y también de células inmunitarias como las células dendríticas, los macrófagos, los linfocitos TCD8 +, CD4 + y los linfocitos B.
Esto es extremadamente interesante, ya que en casos de déficit de vitamina D, ésta no puede activar las células inmunes y por tanto, no hay respuesta.
La vitamina D actúa aumentando la acción de los macrófagos, y cuando esto ocurre, estos son capaces de atacar bacterias y virus mediante el proceso de la fagocitosis (engloban los microorganismos y los destruyen).
Este hecho se conoce como INMUNIDAD INNATA. Figura 2 >
Otro aspecto interesante de la vitamina D es la capacidad que tiene de inhibir la producción de citocias tales como la IL-23, IL-17, IL-12, IL-6 o la IL-1. Esto ayuda al cuerpo a desinflamarse y poder mantener la actividad inmunitaria de forma adecuada mediante la acción de los linfocitos Treg (evitando así los procesos de autoinmunidad).
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